La muerte de Leovigildo Ramírez Castillo, inmigrante mexicano de 49 años, en una planta de procesamiento de pollo en Heavener, Oklahoma, (unas 130 millas al sur este de Tulsa) expuso las duras y peligrosas condiciones laborales en la industria avícola del estado. Ramírez, quien trabajaba como contratista para la empresa QSI, cayó a una máquina industrial en la madrugada mientras realizaba labores de limpieza y murió en el lugar. Ese mismo turno, otro trabajador ya había resultado herido tras caer de una escalera.
El portal de Frontier reporta que una investigación federal halló que la empresa violó normas de seguridad al no apagar ni proteger maquinaria durante la limpieza. OSHA propuso multas por más de $250 mil dólares. Trabajadores actuales y exempleados denunciaron falta de entrenamientos adecuados, presión por mantener la velocidad de producción y temor a represalias si se reportan condiciones inseguras. En esta planta operada por OK Foods, propiedad de la empresa mexicana Bachoco, no hay sindicatos ni defensores laborales, y la mayoría de los empleados son inmigrantes de México, Haití y Centroamérica.
La familia de Ramírez, quien dejó esposa e hijos en Oklahoma, planea demandar a la empresa por su muerte.










